sábado, 14 de septiembre de 2013

Para divorciarse no hay que haberse casado

DISCLAIMER
Antes de empezar este post, debo dar de disclaimer que yo jamás he estado casada, por lo que no puedo tener ni una idea remota de lo que puede ser un divorcio. No busco crear ni generar conmociones en las personas que si han pasado por este proceso, es sólo una anecdota divertida. Habiendo aclarado esto, puedo empezar con la historia.

Estaba tomando cafe con una amiga, cuando empezamos a hablar sobre las relaciones largas y mi conclusión fue: "Cuando uno termina una relación larga, muchas veces es como un divorcio". Ella se rió y me pregunto porqué. Mi explicación puede que resulte un poco vaga, pero el análisis a mi me sirvió bastante.

Cuando uno termina una relación larga, no sólo hay separación de la otra persona. Existen múltiples tipos de separaciones. Esta la separación de bienes, esto es tuyo, esto es mío, devuelmeme mi sweatshirt, dame esa foto que teníamos juntos, toma el ipod que me prestaste, entre otros. 

Luego esta la separación de amigos, porque por mas diplomatico que sea uno con el ex, siempre hay dos lados. Los tuyos, los  míos y los nuestros, los nuestros son aquellos amigos que ves por separado y con los cuales jamás se habla del ex. Ahora lo dificil esta en ver cual le toca a quien. Suele pasar, por lo menos en mi caso fue así, uno se aleja, busca un nuevo grupo e inicia su vida aparte. Cuando se cruza con los amigos que no ve hace años, se abraza, se dice que se extraña, se queda en almorzar o juntarse por unos tragos, pero jamás pasa. Ya dejaron de ser amigos tuyos hace mucho y ahora son sólo personas que quisiste en un período de tiempo.

Esta la separación de familias. Los antiguos suegros, tíos, primos cuñados, hasta la abuela que te quería tanto. Si me preguntan esta es la más difícil, ya que por mucho tiempo esta fue TU familia también y es lo que mas cuesta dejar ir. Al principio se siguen saludando por el día de la madre, del padre, navidad y cumpleaños varios. Siguen las llamadas ocasionales, las promesas nunca cumplidas de "sí, prometo ir de visita pronto" y los regalos tardíos de cumpleaños. Poco a poco van desapareciendo, y uno se va acostumbrando a tener una sóla familia de nuevo. Pasan los años y te los cruzas y se pregunta por la familia, y son felices de verte bien y contenta. El cariño sigue ahi, solo que como un buen recuerdo. De esos que te sorprenden algún día y te sacan un sonrisa.

Por último esta la separación de la persona. Esa parte no la puedo generalizar porque a cada uno le toca algo distinto. Unos la pasan normal, otros mal y otros peor. Lo único que puedo decir es que toma tiempo. A unos más a otros menos, pero tiempo al fin y al cabo.  Personalmente yo creo que esta etapa termina, cuando a pesar de ya no tener una relación, a pesar de no ser amigos, aún guardas cariño por la persona y puedes cruzartelo y ser feliz por el otro. Para mí el círculo acaba ahí. Acaba cuando tú ya estas lo suficientemente separada de todo lo que te ataba al pasado como para poder vivir el presente y disfrutarlo.

Después de toda esta explicación de porqué podría hacerse un simil entre una relación larga con un divorcio, esta amiga me pregunta: " Y tú, ¿ya estás listas para volver a casarte?".

Ante su pregunta cachosa, rio, la miro y le respondo: "Sí, sólo que espero que este si sea para siempre".